Posted by : Viridiana Belikov ♠ domingo, 8 de diciembre de 2013

Corrí a toda prisa por las escaleras de emergencia. Temía que le hubiera pasado algo realmente grave. Subí de dos en dos los escalones para llegar a la azotea. Abrí la puerta de golpe y él estaba ahí, de pie, sólo observando hacia abajo, pensando, mirando, moviendo sus manos sin ningún control. Pero parecía tranquilo. Me acerque a Marco, y lo tomé por los hombros. Él no se molesto en verme. Lo abrace por la espalda, y le susurre al oído: "¿Qué has pensado ésta vez?" Él tomó su tiempo para contestarme. -Es maravilloso... Vi la altura del edificio, es la altura ideal. Pensé en que podría caer de cabeza, en picada, incluso podría hacer parecer la muerte algo cómica. Podría ir cayendo leyendo el periodico de esta mañana, y el título de la noticia sería "Murió por la nota roja de esta semana". Pero pensé, "es un título realmente estúpido para mi muerte." Y luego... pensé en mi madre. Por eso sigo aquí. Le miré, y el seguía mirando hacia abajo. No podía creer que su madre fuera tanto su razón de vida. Bueno, no conocía del todo su historia, pero algo debió haber hecho su madre como para que ella sea su fuerza. Lo tomé de la mano, y lo jale hacia dentro del edificio. Él dejo que me lo llevara. La saque de ahí, y lo hice subir a mi auto. Él sólo jugaba con su cubo de rubik, de costumbre. Fue mala idea llevarlo a dar una vuelta. No me paso por la mente que él podría escaparse en un abrir y cerrar de ojos. Tenía que vigilarlo en todo momento y no lo hice. En verdad agradezco que Marco se detenga tan sólo al pensar en su madre. Lo miré un segundo, no quise decirle nada, no ahora. No era la primera vez que Marco pensaba en maneras de suicidarse, de cómo lo vería la gente, o de cuanta sangre derramada habría. Pero al final, Marco pensaba en la cara de su madre. La reacción que ella tomaría, de cuanto sufriría por él. A veces no sabía cómo su madre podía soportar las ideas suicidas de su hijo. De su único hijo. De igual modo, no podía creer que Marco se controle ante el suicidio. Lleva haciéndolo por más de un año.

Un dato curioso sobre Marco, él piensa en el suicidio muy seguido, en las maneras de cómo él podría suicidarse, pero Marco ayuda a otros chicos con las mismas ideas a que no lo hagan. Marco llega a ser muy motivante con estos chicos. Los convence por internet a que no lo hagan, o incluso, a mis otros pacientes más jovenes que Marco, él los motiva a seguir adelante, a no rendirse, a no pensar en la muerte. Marco y yo llevamos trabajando un año, y él se ha mantenido con vida por su madre. Yo he llegado a desarrollar un cierto afecto hacia Marco. Me recuerda mucho a mi hijo, fallecido ya hace 7 años. Mi hijo, era una persona que amaba ayudar a los demás en sus problemas personales, aunque él no pudiera resolver sus propios problemas. Su muerte, sin duda, fue muy difícil para mí. Él no merecía morir así. Mi hijo era un skater, amaba patinar. Hay ciertas partes de la ciudad en las que se esta prohibido patinar, por los peligros que éstos representan. Pero a mi hijo, así como a muchos otros, no les importa. Mi hijo cayó de un segundo piso. Yo entre en depresión por mucho tiempo, mis pacientes era lo que me mantenía, pero cuando conocí a Marco, supe que tenía que protegerlo costara lo que costara. Marco no sabe nada sobre mi hijo, evito que sepa mi historia. Pero no puedo evitar tratarlo a él como si fuera mi hijo. Me recuerda mucho a mi hijo.

Llegamos a mi consultorio, y lo deje dormirse en el sofá. Tomé una taza de café, y trate de relajarme, sin éxito. Suena el teléfono. Miré el número antes de respoderlo. Era del celular de la madre de Marco. Ella es divorciada. -Hey Grisella, me alegra de que llames, tu hijo se porto de maravilla estas dos semanas. Cuando quieras él puede seguir quedándose conmigo. Ahora lo veo muy relajado, se quedo dormido en el sofá. ¿Vendrás hoy a recogerlo? - No recibí respuesta de ella, sólo escuchaba su respiración, y de la nada, ella comenzo a llorar. -Oh, por Dios... ¿Qué ocurre? ¿Pasó algo malo? ¿Grisella? ¡Contéstame! ¿Sigues ahí? -Necesito un favor... llama al padre de Marco. Quiero que él se lo lleve. Sentí sudar en frío. Marco detestaba a su padre. Sólo tendría que haber una razón muy buena para que ella quisiera que se lo llevara su padre.
-Estas de broma, no podría hacerlo aunque quisiera, tú sabes mejor que nadie que Marco lo odia a muerte. -Pues tendrá que comenzar a quererlo. Yo ya no podré cuidarlo. No quiero que él me vea así en mi condición... -Estas aterrandome, ¿Qué ha pasado? ¿Qué condicion? Se hizo el silencio, ella dejo de responder, pero seguía en la linea. -¿Grisella? Sabes que yo puedo ayudarte en lo que necesites. -Me quedan tan sólo meses de vida. Me han detectado cáncer en los huesos... no sé que voy a hacer... Amo a Marco, pero no quiero que me vea sufrir, eso le complicaría más sus pensamientos. No sabía que responderle, eso podría hacer que Marco terminara por suidarse en verdad. Sin su madre, él ya no tendria razón por la cual mantenerse vivo. -Grisella... creo que es mejor que veas a tu hijo... no puedes hacerle eso, él te ama. Él sólo quiere estar contigo. -Pero no quiero que me vea así, no pudo ser detectado a tiempo mi enfermedad. Es sólo cuestión de tiempo. En verdad me aterra ver a mi hijo ahora. Por favor, sólo has eso que te he dicho. -Podría yo quedarme con él por unos días más, pero por favor, reconsidera verlo de nuevo. Y ella sin mas que decir, cortó la llamada. Me aterre por Marco, ¿Qué iba a decirle sobre su madre? Iba a ser doloroso para Marco.

Esa noche, volví a llevarme a Marco a mi casa. Él no hizo preguntas. Cuando llegamos, él fue a acostarse para continuar durmiendo. Yo iba a hacer lo mismo. No quería decirle nada esa noche. Sólo cerre la puerta como de costumbre para evitar que a él se le ocurriera hacer alguna tontería. No pude dormir esa noche. A la mañana siguiente, tuve que decirle que su madre quería que tuviera más atención a la escuela y por eso quería que se fuera con su padre. -¡No quiero hacer eso! Yo amo cuidar a mi madre. He dejado la escuela por ella, no quiero dejarla nunca sola. -No lo estará, ella estará bien. Tú seguirás viniendo conmigo, e incluso puedes quedarte aquí cuando quieras. -Me siento un estorbo. -No lo eres, nunca lo has sido.

Pasaron 3 meses desde aquella llamada, su madre sólo vio a Marco cuatro veces, y él estaba viviendo con su padre. De vez en cuando viene conmigo, sigue recurriendo a sus consultas, y continua ayudando a aquellos niños con desordenes mentales. Se le veía a Marco muy animado, pero seguía preocupandome el momento en el que Griselle iniciara su viaje. Después de la consulta con Marco, lo invite a comer a su restaurante favorito. Sé que adoraba los postres de ese restaurante, y que mejor para seguir alegrándote el día que llevándolo ahí. -¿Sabes que eres la mejor? Siempre estas preocupándome por mí, en verdad, eres demasiado buena conmigo. -Me hace sentir bien que pienses así. - Mi celular comenzo a sonar. -Oh, espera un minuto aquí. Me levante la mesa, y fui a un lugar más callado. -Si, ¿Diga? -Habla el abogado del señor Altair Valverde, el desea que su hijo, Marco Valverde, regrese a casa para las 20 horas de la noche. -Mire el reloj, faltaban 15 minutos para las 20. -Oh, me temo que sería imposible para las 20, me encuentro lejos con Marco ahora, llegaríamos allá hasta las 21, ¿Ocurrió algo? -Hoy a las 15:43, falleció la madre de Marco, Griselle Valverde. El cáncer en sus huesos avanzo más rápido de lo que creían, al fin aquella dama dejo de sufrir. -Me quede helada al escuchar aquellas palabras, no era posible. No quería creer que Griselle había fallecido ya. No quería llevar a Marco con ellos. -Entiendo la situación, ¿Es muy necesario que vaya Marco hoy? -La situación es, que la hermana de la señora Griselle demando a Altair Valverde por el cuidado de Marco, el sigue siendo un menor de edad. -Quisiera llevarlo hoy, pero usted sabrá que él tiene problemas mentales, tiene demasiadas ideas suicidas, ésto podría desencadenarle varios problemas.
-Vuelvo a decirle, si no esta aquí Marco Valverde a las 21 horas, usted quedará bajo condena. Cortó la línea el abogado. Sólo miré a Marco de reojo, me aterre al pensar en que podría pasar con él.

Lleve a Marco a casa de su padre. Él bajo de mala gana y me pidió que lo acompañara. -Marco, no puedo hacer eso, es imposible. Me van a correr. -No me dejes con él. -No tengo opción. Sólo ignóralo. Él entro a la casa, yo fui hacia mi apartamento. No quería imaginar por lo que Marco sentiría cuando se enterara sobre su madre. Comenzaba a aterrarme.

Estaba en la cocina de mi apartamento, nerviosa. No podía tener mis ideas claras. Estuve a punto de cerrar los ojos cuando mi celular vuelve a sonar. -Habla el abogado del señor Altair Valverde, lamento la molestia. -¿Qué es lo que ocurre? -Verá... Marco Valverde no esta en la casa, salió de aquí sin que lo notaramos. La hermana de la señora Griselle Valverde la sugirió a usted. Piensa que usted puede ayudarnos a encontrarlo. Me llene de desesperación, en definitivo, sin pensarlo, salí directo a mi auto. -Voy para allá, llame a la policía para que lo busque, como dije, este chico tiene ideas suicidas.

Buscamos a Marco, sin noticias. No se me podía ocurrir donde podría estar. Habíamos buscado en los lugares más comunes de suicidios, o en lugares donde él se pudiera esconder. -¡Usted es la que esta todo el día con él! ¡Debe tener una mínima idea de dónde esta! -¡Es que no lo sé! ¡No sé precisamente cómo piensa Marco! -¡Debe haber algo! ¿No hablaba Marco de algún lugar? ¿O algo que a él le excitara? ¡Usted dijo que Marco visualizaba su propia muerte! Y fue cuando me paso por la mente aquel edificio, el último lugar al que Marco recurrió para visualizar su muerte. Maneje lo más pronto posible para llegar ahí. No me importo perder la vida en el trayecto. Quería salvarlo, todavia tenía la oportunidad de salvarlo. Subí hasta la azotea de aquel edificio, y ahí estaba él, de pie junto a la orilla. Se le veía quieto, en paz. -Oh, eres tú. -Dijo él fríamente. -Marco, no quieres hacer esto. -¿Tú sabías que mi madre había muerto? -Me entere cuando te lleve a casa de tu padre. -Ella era mi todo. No sé que voy a hacer ahora, ahora entiendo todo. No quería que estuviera con ella por que sabía que iba a morir. -Entiendo tu punto, pero no puedes hacer eso. Tienes cosas por vivir, ya habías hecho un gran progreso. Tú puedes hacer mucho más. Déjame a mi hacerme cargo de ti. Estoy segura de que tú podrás hacer grandes cosas. No hagas esto. Marco, me observo, comence a dar un par de pasos hacia él, y Marco permitió que me acercara, le ofrecí mi mano, pero él la rechazo. Y sin decir nada más, inclino ligeramente su cuerpo al vacío.



Leave a Reply

Subscribe to Posts | Subscribe to Comments

¿En qué creo? En todo lo que vive y respira. ¿En qué creo? En lo que puedo ver. ¿En qué creo? En mí. - Frederica Bernkastel

El suicida

Corrí a toda prisa por las escaleras de emergencia. Temía que le hubiera pasado algo realmente grave. Subí de dos en dos los escalones para llegar a la azotea. Abrí la puerta de golpe y él estaba ahí, de pie, sólo observando hacia abajo, pensando, mirando, moviendo sus manos sin ningún control. Pero parecía tranquilo. Me acerque a Marco, y lo tomé por los hombros. Él no se molesto en verme. Lo abrace por la espalda, y le susurre al oído: "¿Qué has pensado ésta vez?" Él tomó su tiempo para contestarme. -Es maravilloso... Vi la altura del edificio, es la altura ideal. Pensé en que podría caer de cabeza, en picada, incluso podría hacer parecer la muerte algo cómica. Podría ir cayendo leyendo el periodico de esta mañana, y el título de la noticia sería "Murió por la nota roja de esta semana". Pero pensé, "es un título realmente estúpido para mi muerte." Y luego... pensé en mi madre. Por eso sigo aquí. Le miré, y el seguía mirando hacia abajo. No podía creer que su madre fuera tanto su razón de vida. Bueno, no conocía del todo su historia, pero algo debió haber hecho su madre como para que ella sea su fuerza. Lo tomé de la mano, y lo jale hacia dentro del edificio. Él dejo que me lo llevara. La saque de ahí, y lo hice subir a mi auto. Él sólo jugaba con su cubo de rubik, de costumbre. Fue mala idea llevarlo a dar una vuelta. No me paso por la mente que él podría escaparse en un abrir y cerrar de ojos. Tenía que vigilarlo en todo momento y no lo hice. En verdad agradezco que Marco se detenga tan sólo al pensar en su madre. Lo miré un segundo, no quise decirle nada, no ahora. No era la primera vez que Marco pensaba en maneras de suicidarse, de cómo lo vería la gente, o de cuanta sangre derramada habría. Pero al final, Marco pensaba en la cara de su madre. La reacción que ella tomaría, de cuanto sufriría por él. A veces no sabía cómo su madre podía soportar las ideas suicidas de su hijo. De su único hijo. De igual modo, no podía creer que Marco se controle ante el suicidio. Lleva haciéndolo por más de un año.

Un dato curioso sobre Marco, él piensa en el suicidio muy seguido, en las maneras de cómo él podría suicidarse, pero Marco ayuda a otros chicos con las mismas ideas a que no lo hagan. Marco llega a ser muy motivante con estos chicos. Los convence por internet a que no lo hagan, o incluso, a mis otros pacientes más jovenes que Marco, él los motiva a seguir adelante, a no rendirse, a no pensar en la muerte. Marco y yo llevamos trabajando un año, y él se ha mantenido con vida por su madre. Yo he llegado a desarrollar un cierto afecto hacia Marco. Me recuerda mucho a mi hijo, fallecido ya hace 7 años. Mi hijo, era una persona que amaba ayudar a los demás en sus problemas personales, aunque él no pudiera resolver sus propios problemas. Su muerte, sin duda, fue muy difícil para mí. Él no merecía morir así. Mi hijo era un skater, amaba patinar. Hay ciertas partes de la ciudad en las que se esta prohibido patinar, por los peligros que éstos representan. Pero a mi hijo, así como a muchos otros, no les importa. Mi hijo cayó de un segundo piso. Yo entre en depresión por mucho tiempo, mis pacientes era lo que me mantenía, pero cuando conocí a Marco, supe que tenía que protegerlo costara lo que costara. Marco no sabe nada sobre mi hijo, evito que sepa mi historia. Pero no puedo evitar tratarlo a él como si fuera mi hijo. Me recuerda mucho a mi hijo.

Llegamos a mi consultorio, y lo deje dormirse en el sofá. Tomé una taza de café, y trate de relajarme, sin éxito. Suena el teléfono. Miré el número antes de respoderlo. Era del celular de la madre de Marco. Ella es divorciada. -Hey Grisella, me alegra de que llames, tu hijo se porto de maravilla estas dos semanas. Cuando quieras él puede seguir quedándose conmigo. Ahora lo veo muy relajado, se quedo dormido en el sofá. ¿Vendrás hoy a recogerlo? - No recibí respuesta de ella, sólo escuchaba su respiración, y de la nada, ella comenzo a llorar. -Oh, por Dios... ¿Qué ocurre? ¿Pasó algo malo? ¿Grisella? ¡Contéstame! ¿Sigues ahí? -Necesito un favor... llama al padre de Marco. Quiero que él se lo lleve. Sentí sudar en frío. Marco detestaba a su padre. Sólo tendría que haber una razón muy buena para que ella quisiera que se lo llevara su padre.
-Estas de broma, no podría hacerlo aunque quisiera, tú sabes mejor que nadie que Marco lo odia a muerte. -Pues tendrá que comenzar a quererlo. Yo ya no podré cuidarlo. No quiero que él me vea así en mi condición... -Estas aterrandome, ¿Qué ha pasado? ¿Qué condicion? Se hizo el silencio, ella dejo de responder, pero seguía en la linea. -¿Grisella? Sabes que yo puedo ayudarte en lo que necesites. -Me quedan tan sólo meses de vida. Me han detectado cáncer en los huesos... no sé que voy a hacer... Amo a Marco, pero no quiero que me vea sufrir, eso le complicaría más sus pensamientos. No sabía que responderle, eso podría hacer que Marco terminara por suidarse en verdad. Sin su madre, él ya no tendria razón por la cual mantenerse vivo. -Grisella... creo que es mejor que veas a tu hijo... no puedes hacerle eso, él te ama. Él sólo quiere estar contigo. -Pero no quiero que me vea así, no pudo ser detectado a tiempo mi enfermedad. Es sólo cuestión de tiempo. En verdad me aterra ver a mi hijo ahora. Por favor, sólo has eso que te he dicho. -Podría yo quedarme con él por unos días más, pero por favor, reconsidera verlo de nuevo. Y ella sin mas que decir, cortó la llamada. Me aterre por Marco, ¿Qué iba a decirle sobre su madre? Iba a ser doloroso para Marco.

Esa noche, volví a llevarme a Marco a mi casa. Él no hizo preguntas. Cuando llegamos, él fue a acostarse para continuar durmiendo. Yo iba a hacer lo mismo. No quería decirle nada esa noche. Sólo cerre la puerta como de costumbre para evitar que a él se le ocurriera hacer alguna tontería. No pude dormir esa noche. A la mañana siguiente, tuve que decirle que su madre quería que tuviera más atención a la escuela y por eso quería que se fuera con su padre. -¡No quiero hacer eso! Yo amo cuidar a mi madre. He dejado la escuela por ella, no quiero dejarla nunca sola. -No lo estará, ella estará bien. Tú seguirás viniendo conmigo, e incluso puedes quedarte aquí cuando quieras. -Me siento un estorbo. -No lo eres, nunca lo has sido.

Pasaron 3 meses desde aquella llamada, su madre sólo vio a Marco cuatro veces, y él estaba viviendo con su padre. De vez en cuando viene conmigo, sigue recurriendo a sus consultas, y continua ayudando a aquellos niños con desordenes mentales. Se le veía a Marco muy animado, pero seguía preocupandome el momento en el que Griselle iniciara su viaje. Después de la consulta con Marco, lo invite a comer a su restaurante favorito. Sé que adoraba los postres de ese restaurante, y que mejor para seguir alegrándote el día que llevándolo ahí. -¿Sabes que eres la mejor? Siempre estas preocupándome por mí, en verdad, eres demasiado buena conmigo. -Me hace sentir bien que pienses así. - Mi celular comenzo a sonar. -Oh, espera un minuto aquí. Me levante la mesa, y fui a un lugar más callado. -Si, ¿Diga? -Habla el abogado del señor Altair Valverde, el desea que su hijo, Marco Valverde, regrese a casa para las 20 horas de la noche. -Mire el reloj, faltaban 15 minutos para las 20. -Oh, me temo que sería imposible para las 20, me encuentro lejos con Marco ahora, llegaríamos allá hasta las 21, ¿Ocurrió algo? -Hoy a las 15:43, falleció la madre de Marco, Griselle Valverde. El cáncer en sus huesos avanzo más rápido de lo que creían, al fin aquella dama dejo de sufrir. -Me quede helada al escuchar aquellas palabras, no era posible. No quería creer que Griselle había fallecido ya. No quería llevar a Marco con ellos. -Entiendo la situación, ¿Es muy necesario que vaya Marco hoy? -La situación es, que la hermana de la señora Griselle demando a Altair Valverde por el cuidado de Marco, el sigue siendo un menor de edad. -Quisiera llevarlo hoy, pero usted sabrá que él tiene problemas mentales, tiene demasiadas ideas suicidas, ésto podría desencadenarle varios problemas.
-Vuelvo a decirle, si no esta aquí Marco Valverde a las 21 horas, usted quedará bajo condena. Cortó la línea el abogado. Sólo miré a Marco de reojo, me aterre al pensar en que podría pasar con él.

Lleve a Marco a casa de su padre. Él bajo de mala gana y me pidió que lo acompañara. -Marco, no puedo hacer eso, es imposible. Me van a correr. -No me dejes con él. -No tengo opción. Sólo ignóralo. Él entro a la casa, yo fui hacia mi apartamento. No quería imaginar por lo que Marco sentiría cuando se enterara sobre su madre. Comenzaba a aterrarme.

Estaba en la cocina de mi apartamento, nerviosa. No podía tener mis ideas claras. Estuve a punto de cerrar los ojos cuando mi celular vuelve a sonar. -Habla el abogado del señor Altair Valverde, lamento la molestia. -¿Qué es lo que ocurre? -Verá... Marco Valverde no esta en la casa, salió de aquí sin que lo notaramos. La hermana de la señora Griselle Valverde la sugirió a usted. Piensa que usted puede ayudarnos a encontrarlo. Me llene de desesperación, en definitivo, sin pensarlo, salí directo a mi auto. -Voy para allá, llame a la policía para que lo busque, como dije, este chico tiene ideas suicidas.

Buscamos a Marco, sin noticias. No se me podía ocurrir donde podría estar. Habíamos buscado en los lugares más comunes de suicidios, o en lugares donde él se pudiera esconder. -¡Usted es la que esta todo el día con él! ¡Debe tener una mínima idea de dónde esta! -¡Es que no lo sé! ¡No sé precisamente cómo piensa Marco! -¡Debe haber algo! ¿No hablaba Marco de algún lugar? ¿O algo que a él le excitara? ¡Usted dijo que Marco visualizaba su propia muerte! Y fue cuando me paso por la mente aquel edificio, el último lugar al que Marco recurrió para visualizar su muerte. Maneje lo más pronto posible para llegar ahí. No me importo perder la vida en el trayecto. Quería salvarlo, todavia tenía la oportunidad de salvarlo. Subí hasta la azotea de aquel edificio, y ahí estaba él, de pie junto a la orilla. Se le veía quieto, en paz. -Oh, eres tú. -Dijo él fríamente. -Marco, no quieres hacer esto. -¿Tú sabías que mi madre había muerto? -Me entere cuando te lleve a casa de tu padre. -Ella era mi todo. No sé que voy a hacer ahora, ahora entiendo todo. No quería que estuviera con ella por que sabía que iba a morir. -Entiendo tu punto, pero no puedes hacer eso. Tienes cosas por vivir, ya habías hecho un gran progreso. Tú puedes hacer mucho más. Déjame a mi hacerme cargo de ti. Estoy segura de que tú podrás hacer grandes cosas. No hagas esto. Marco, me observo, comence a dar un par de pasos hacia él, y Marco permitió que me acercara, le ofrecí mi mano, pero él la rechazo. Y sin decir nada más, inclino ligeramente su cuerpo al vacío.



0 comentarios:

Publicar un comentario

By. Viridiana Gallardo. Con la tecnología de Blogger.

Followers

About Me

Mi foto
Viridiana Belikov ♠
Ver todo mi perfil

Jake

Jake

BMO

BMO

Finn

Finn

Marceline

Marceline

Princesa Grumosa

Princesa Grumosa

Leyendo :D

Leyendo :D

Vistas de página en total

Yukari

Yukari

Nana & Ren

Nana & Ren

Time

Seguidores

Copyright © Rosas azules florecen en la tienda departamental del canibalismo. -Black Rock Shooter- Powered by Blogger - Designed by Johanes Djogan