Archive for junio 2012

martes, 26 de junio de 2012

Tomo un tintero
Escribo mi sentir
Por todo lo que he sentido
Que sentiré, siento y lo que pase después
Alegría, pena, tristeza
Simplemente desahogarse
No sé en qué momento ocurrió
Cuando todo nuestro amor
Se esfumo sin aviso
Que no habrá segundas oportunidades
Ya todo se perdió
Eso creía yo
Mantenía la esperanza de tenerte de vuelta
Mas sin embargo eso nunca paso
Ni pasara, ni habrá marcha atrás
Tú me has olvidado
Yo quizás no
Ahora tú tienes un nuevo amor
Mientras yo quedo aquí
Con un nudo en mi garganta
Por todo lo que sentí, siento y quizás sentiré por ti
Yo trato de no verte
Y a ella también
Vivo evitándolos
No sé si pueda seguir así
Aun recuerdo que a mí solías tratarme así
Ahora ella es quien lo disfruta
Pero me tranquiliza saber
Que ella terminara igual
Sola, con tu desprecio encima
El bien les deseo
Que vivan su amor
Mientras yo quedo aquí
Con un nudo en la garganta
Por todo lo que sentí, siento y quizás sentiré por ti
No lo sé
El mañana es impredecible
Por lo que mantengo la esperanza
De olvidarte al fin
Y deshacerme del dolor
Que siento en mi
Algún día dejare de sentir
Lo que alguna vez me hiciste sentir
Amor, sólo amor
Quizás obsesión
Pero de algo estoy segura
Fuiste mi primer amor
Mi primer amor de otoño
Y sin poder evitarlo
Comienzo a llorar
Al recordar mi sentir
En esos días de otoño
Donde las hojas marchitas caían
Una a una
Y aun recuerdo cuando me abrazabas por detrás
Yo todavía no me he ido
Aun estoy contigo
Te sigo imaginando abrazándome por detrás
Ahora es un misterio el estar contigo
Me siento tan frágil
Me falta el aire
Se me quita el aire al recordarte
Quedo helada
Y mi corazón se vuelve frío y siente temor
Trato de no mentirle más a mi corazón
Pero al decirle la verdad
Significa una cosa: La muerte de lo que siento por ti






Sentir

Posted by Viridiana Belikov ♠

Siempre había odiado el color rojo. Pero ahora verlo era realmente excitante y hermoso. Su sabor metálico me envolvía y me prendía de una manera increíble. Ver a Javier al fin derrotado, era suficiente para mí. Al final recordó quien era. No lo creí posible, hasta que lo vi viéndome de la  misma manera que aquella noche. Él comenzaba a decir que no tendría el valor de hacerlo, que no apretaría el gatillo, que nunca tendría las agallas para matarlo, para matar a la persona que amaba. Sí, que amaba, tiempo pasado, y le demostré que estaba equivocado respecto al gatillo. Ahora, ¿Qué opinas? Tú estas ya pudriéndote en el infierno, mientras que yo me estoy muriendo de felicidad por librarme al fin de ti.

Javier era el típico chico mujeriego. Iba de chica en chica, buscaba un poco de diversión, sexo, y sobre todo, entretenerse un rato. Yo era la típica chica rara, que se la pasaba encerrada en su casa; la  chica nerd de la que todos abusaban y la rata de biblioteca. Javier me busco sólo para ayudarlo a pasar sus exámenes. Basto con quitarme mi virginidad para conseguirlo y después desapareció sin más. No sabía nada el alrededor de 5 años hasta que nos reencontramos en el trabajo. Quien lo diría, un chico como el terminaría como mi jefe. Pues claro, como lo habría olvidado. Javier era el hijo del dueño de la empresa. Creo que era obvio porque tiene empleo y tuvo suerte de ser su hijo, de otro modo hubiera terminado en la calle. Era comprensible porque era un vale madres.

Por otro lado, 5 años bastaron para darme un cambio, era totalmente diferente a como era en la universidad y por supuesto, ya no tenía la apariencia de una chica nerd. Yo apuesto a que el ni me recuerda. Si no es así, que vergüenza. Me apena irremediablemente de lo que fui.

Desde que había entrado a la empresa, nunca hable con él, dudo que supiera que trabajaba ahí. Hasta que se dio la oportunidad de hablar con él, cambio todo. Me ascendió de puesto e incluso buscaba oportunidad de salir conmigo. Vaya, lo que hace el maquillaje y una ropa vintage. Creo que de verdad te cambia; fue cuando en un giro inesperado, conocí a Vanessa. Otra chica con la que Javier se divirtió. Quien lo diría, aparte de dejar hijos por doquier (que a pesar de todas las demandas que le daban, siempre salía victorioso gracias a su estúpido perro de abogado), dejaba también a bastantes mujeres totalmente solas y en el peor caso, llegaban a suicidarse o bien quebraban por ayudarlo a él. Volviendo a Vanessa, ella me propuso engatusarlo a como diera lugar, y con esto hacer que quebrara. Dijo que sería divertido, que no se daría cuenta y sobre todo que al fin quedaría derrotado. Ella me puso más maquillaje del que solía usar, y para ser honesta, ni yo misma me reconocí. Fue bastante… asombroso.

Pasaron varias noches de copas con Javier y ya tenía por lo menos $100,000 en el banco a mi nombre. Nada mal. Vanessa estaba encantada conmigo y dijo que todo saldría tal y como se planeo. Me dio un somnífero muy  potente. Después de tener sexo, Javier no tardo en caer. Vanessa llego al apartamento y me ayudo a dejarlo totalmente inmóvil sobre su cama. Para cuando despertó, Vanessa y yo nos encontrábamos a cada lado de la cama. Javier la reconoció a ella al instante. Y sin más, Vanessa comenzó a torturarlo mentalmente, y con eso, el trabajo sucio me tocaba a mí. No quería hacer nada, no podría hacerlo. Ella, llego a su límite de su paciencia y termino por hacer mi parte. Sólo hizo algo muy mínimo para que el sintiera dolor. Con una turca, poco a poco le arranco las uñas de su mano izquierda. Sus gritos inundaban la habitación y yo sólo seguía observando. No sé si era por el miedo o por el morbo que me provocada ver aquel acto. Vanessa iba por su mano derecha cuando, Javier logro zafarse del agarre (gracias a su sangre) y se abalanzo contra ella. Debido a mi cobardía, Vanessa lo pago caro. Él la golpeaba brutalmente mientras yo permanecía de pie, inerte. Tan sólo mirando aquel acto sin menor intensión de detenerlo.  Sus golpes iban directos a tu cara; Vanessa ya no se movía. Sin embargo Javier continuaba con su acto. Cuando por fin de agoto y recordó que yo aun seguía en la habitación se levanto, dejándome ver totalmente a Vanessa. Salía sangre de su cabeza y parecía no respirar. Reaccione y Javier se volvió hacia mí. Aterrada, trate de salir corriendo de la habitación pero Javier me tomo bruscamente del brazo y me tiro en el suelo. Antes de que me hiciera algo, saque la pistola de Vanessa y le apunte a Javier.

Elixir peligroso

Posted by Viridiana Belikov ♠
jueves, 7 de junio de 2012

Entraron a su apartamento y no vieron señal alguna de Marco. Entraron a la cocina y nada; la sala y nada; el baño y tampoco lo encontraron. Finalmente entraron a su habitación. Ahí estaba Marco, recostado en el suelo, totalmente inerte, junto a un charco de sangre, ya seco por supuesto. La sangre, se veía que había brotado de su garganta. Al haber abierto su garganta debió haber sido una hemorragia arterial. Las paredes estaban teñidas de rojo y su cuerpo ya había descendido su temperatura corporal por completo y el cuerpo se encontraba en descomposición.. Había unas cuantas botellas de vino regadas por la alfombra, que por cierto habían regado algunos cuantos charcos de vino. Al principio, la policía cree que se trataba de un asesinato. Pero al poco tiempo descubren que se trataba de un suicidio. Encontraron sobre su buro unos cuantos folders que al examinarlos se encontraba su dinero distribuido a algunas empresas, casas hogar, a algunos de sus familiares y amigos y finalmente una carta donde declaraba, que no quería seguir viviendo de esa manera tan absurda.

Marco era un hombre pobre, pero muy amable y sutil. Trabajaba como publicista en un periódico poco conocido. La paga era bastante mala y siempre trabajaba horas extras. Pero aun así el era muy afortunado. Tenía una familia que lo adoraba y unos amigos que lo idolatraban con todo su ser. Marco, al acabar la jornada de la semana, tenía la costumbre de comprar boletos de lotería. Siempre le habían dicho que era una pérdida de tiempo y dinero, que nunca ganaría. Sin embargo, Marco siempre mantenía la fe. Desde que había empezado a trabajar, alrededor de 3 años, había comprado cada quincena, un boleto de lotería. Eso era tener agallas de gastar su dinero a lo pendejo. -Hey Marco, ¿Qué paso anoche? ¿Al fin te sacaste la lotería? –Estuve a punto, los primeros 3 dígitos eran los mismos que presentaron en el programa, el cuarto digito la cago todo. Quizás el que haya ganado, se merecía el dinero más que yo –Si, como no. Mejor guárdate el dinero que te den de la próxima quincena y con eso deberías de comprarte otro cinturón, sólo mírate, estas hecho un asco. –Pues a diferencia de ti, yo tengo la esperanza de que algún día me gane la lotería.

Y así fue, al poco tiempo, logro ganarse por fin la lotería, el dinero se había multiplicado por 10 y se había convertido en millonario. En el momento que lo entrevistaban, le hicieron una pregunta de cómo se sentía al respecto, a lo que contesto que su perseverancia había sido la clave del éxito. No basto con eso, y que al otro día iba a renunciar a su trabajo e iba a vivir en donde le placiera. Y así fue, renuncio y salió de la oficina como si nadie lo mereciera como amigo. Ni hasta el suelo parecía merecerlo.

Se compro un lindo apartamento de lujo y sus amigos estaban más unidos a Marco, pero a esté, parecía no importarle tener de cerca sus amigos. Los comenzó a tratar como si fueran menos e incluso había empezado a ser muy grosero con todos. Incluso con su familia. Pasaron 3 meses desde que gano la lotería, y Marco se había quedado solo casi por completo.

Una mañana, salió de su apartamento a tirar su basura, y en vez de tirarla en algún camión, vio a un indigente cerca y se la arrojo. El indigente lo vio sin ninguna expresión y Marco sólo se bufo.
Cuando iba a salir a dar una vuelta, el indigente estaba frente a su apartamento. Marco se le acerco y dijo – ¿Qué quiere usted aquí? – El indigente sólo lo miro y del pobre abrigo que usaba, roto, ya casi desecho y sucio, saco unas flores y estiro su brazo para dárselas a Marco. Este último  lo miro incrédulo y en vez de recibir las flores, con un movimiento, hizo que las soltara. -¿Por qué me das flores? Yo te di basura, quizás haya comida ahí. No tenias que agradecerme con flores. – El indigente soltó una carcajada y le dijo – No te las estoy dando como agradecimiento. Se dice que todas las personas, regalan lo que tienen en su corazón. – Marco sorprendido lo miro a los ojos, y el indigente sólo le limito a observarlo de arriba abajo. Y ya aburrido de verlo, se fue.

Marco fue al parque a pensar en las palabras de aquel hombre. Lo reflexiono, pensó en como era antes, como todos disfrutaban de su compañía y ahora, había quedado completamente solo por sus fechorías. Se fue hasta el anochecer del parque. Estuvo vagando por las calles y finalmente, llego a su apartamento. 

Flores Carmesí

Posted by Viridiana Belikov ♠
martes, 5 de junio de 2012

Antes de acostarme, solía jugar con mis sombras. Ponía una lámpara apuntando hacia el techo de mi habitación y comenzaba a hacer figuras. Quizás era algo inmaduro ya que tengo 15 años. A mi edad nadie lo hace. La otra noche, al estar haciendo figuras, una me pareció graciosa. Incline mi brazo hacia atrás y me imagine a una mujer con capucha. Pero se torno extraño cuando baje mi brazo. La sombra seguía ahí. Comencé a hacer movimientos con mis manos, pero no se reflejaban en el techo, sólo aquella sombra producto de mi brazo. ¿Qué estaba ocurriendo? No se sí fue debido a la falta de luz pero empecé a tener la impresión que la sombra se acercaba a mi poco a poco. Di un brinco y encendí la luz de golpe. Mire el resto de mi cuarto en busca de algo fuera del lugar. Nada. Todo estaba igual. Decidí dejar la luz encendida y me dormí. Al otro día tomaría valor para investigar aquel extraño acontecimiento.

Al caer la noche me dispuse a hacerlo. Tome aire y apague las luces. Encendí mi lámpara sobre mi mesita de noche y observe que estaban más sombras en el techo y las paredes. Danzaban sin césar unas a otras y comencé a imaginar una melodía de fondo acorde a sus movimientos. Aún no comprendía que pasaba, yo solamente las miraba maravillada y sentía curiosidad por ellas. Pero cada que me acercaba a alguna de ellas parecía como sí huyesen de mi. Y así hasta que desaparecieron y sólo quedó mi propia sombra.

Increíblemente no sentía temor, al contrario, sentía que había algo ahí que gritaba ser descubierto y seguí adentrándome. Quería verlas de nuevo. Comencé a hablarles como una loca y no vi ningún resultado. Me entristecí. Estuve dispuesta a irme a dormir cuando gire mi cabeza en dirección al techo y ahí estaba ella. La sombra de la mujer con capucha. Tuve escalofríos al verla, pero no dejaba de pensar el porqué tenían vida propia. ¿Acaso eran fantasmas? No lo creo. Tenía que ser algo real. Era algo que iba más allá de la imaginación y estaba dispuesta a descubrir que. Comencé a hablarle como loca a la mujer con capucha. No obtuve respuesta. Comenzó a moverse y se dibujo una especie de brazo esquelético que me indicaba algo detrás del ropero. Por un momento creí que era la muerte y quise salir de mi habitación. Pero la puerta estaba atascada y me impedía salir. Volví la vista hacia el ropero y la mujer con capucha seguía ahí. Podía jurar que estaba más grande la sombra. Le dije que sí quería que moviera el ropero y sólo la sombra se inclino hacía delante como respuesta. Por un momento creí que me estaba volviendo loca. No quería acercarme a menos de tres metros de la mujer con capucha. Comenzaba a sentir miedo. Lentamente la sombra desapareció detrás del ropero y tuve que armarme de valor.

Con lo que tenía de fuerza moví el ropero y detrás de él, había un muy minúsculo hoyo. Ahí mismo estaba la mujer con capucha. Curiosamente el hoyito estaba justo donde se supone que esta el corazón de la mujer con capucha. Después, solté una risa burlona y dije sarcásticamente: "¿sólo un hoyo?" y la mujer con capucha se deslizó de una manera sutil dentro del hoyo. Comprendí que lo que quería mostrar estaba dentro. Quise retirarme pero recordé que la puerta estaba atascada. Además ya estaba a más de la mitad del misterio y decidí no retirarme. Comencé a rascar el hoyito hasta hacerlo más grande. Me lastime las uñas y las manos, pero no importaba, a esas alturas, ya nada importaba. Grave error. Lo que había ahí me dejo estupefacta. Retrocedí un par de pasos y tropecé con mi pared. Me deslice hacía abajo y me tape la boca para omitir cualquier clase de gritos. De pronto sentí que me jalaban hacía atrás y quise desistir. Enterré mis uñas en la pared y creí que iban a arrancarse mis uñas debido a la fricción. Comenzaron a salir las sombras de nuevo y parecía que estaban empujándome. Sentía que parte de mi cuerpo estaba atravesando la pared, como un portal. Y fue cuando la vi nuevamente. La mujer con capucha apareció en la pared de enfrente y con sólo estirar su brazo, caí dentro del portal.

A la mañana siguiente, la policía se encontraba en mi casa e investigaron mi habitación. Quedó impactada por lo que vio ahí. Dentro del hoyo había por lo menos unos 10 cadáveres, sino es que más, pero solamente quedaban los esqueletos y un nido de ratas habitando en sus cráneos y costillas. ¿Qué que dijeron sobre mi? Nadie parecía recordarlo. Ni porque yo era muy conocida por el lugar donde vivía; ni mis padres, mis amigas, familiares, nadie. Era como si nunca hubiese existido. Observe, con paciencia; espere, lentamente espere a que comenzaran mi búsqueda. Pero nada. Pasaron semanas, meses e incluso años. Fue cuando me di cuenta que quizás las sombras habían hecho algo para que nadie me recordase. Borraron mi existencia del mundo.

¿Qué que paso conmigo? No lo sé con exactitud. Se podría decir que yo estoy donde tú estás, en algún lugar de tu habitación tal vez, en lo más profundo, observándote, danzando con la más mínima luz que traspase los ventanales; me encuentro en la oscuridad de la noche y durante el día, pocos logran verme si prestas atención; a veces camino a tú lado, otras tomo tu misma forma; a veces me encuentro en la pared. No es malo ser así. Suelo jugar con distintas personas. Hay algo que nunca olvidare: La mujer con capucha observándome desde el techo de mi habitación.

Mujer con capucha

Posted by Viridiana Belikov ♠
domingo, 3 de junio de 2012

Recordaba lo que había hecho una y otra vez. Gota a gota, comenzaban a humedecerme la cara, y la tormenta se hacía más intensa. Tropecé con una reja y sólo caí de rodillas. Mire el cielo. Comencé a llorar, sí alguien me hubiese visto, no lo habría notado. Miraba mi pistola una y otra vez, inmóvil en el suelo. Recuerdo su expresión de horror y sus gritos atrapados en su garganta. Empecé a viajar por el tiempo en mi cabeza y me perdí en los recuerdos.

Solía trabajar en una oficina de seguros. Cuando comencé a trabajar en ese lugar, nadie conversaba conmigo, excepto ella. Su nombre era Paloma. Era una chica sencilla, un carisma inigualable y muy simpática; esbelta figura, de tez blanca caucásica, cabellera negra y de ojos grandes color café. Me parecía la mujer más hermosa que había visto en mi vida. Siempre que llegaba al trabajo ella era la primera en saludar. Me alegraba el día y siempre me subía la autoestima. Era muy hiperactiva y risueña.  Creo que era lo que más me gustaba de ella. Pero eso no eran más que un saludo normal y corriente. Con mis demás compañeros siempre está la mayoría del tiempo, charla con ellos de distintas cosas y sí apenas me incluye. Hay algunos días, en los que Paloma le sonreía de una manera muy distinta a un hombre. Y ese hombre era mi superior. Siempre me habían gustado sus sonrisas, pero cuando le sonreía a él, las odiaba.
Por más que intentaba que ella me viera de otra forma, termine comprendiendo que sí la trataba como una mierda, iba a querer estar conmigo. Pero como hacerlo. Ella es un amor de mujer, no podía hacerlo. Me era imposible. No podía soportar que mi superior la rechazara de tal forma. Ella siempre habría estado dispuesta a estar con él, sin importar más nada.  Creo que lo que hice, fue más por mi mismo que por ella.

Como yo solía salir tarde, nadie sospechaba lo que pasaría. Esa noche, Paloma también iba a quedarse hasta tarde para arreglar unos papeles. Entre a su oficina, sigiloso. La observe por un rato y decidí hacerlo. La abrace por detrás fuertemente. Ella gimió de la impresión y permaneció quieta. Inclino la cabeza hacia atrás y me miro; en su mirada pude notar, algo de asombro y terror. Movió su mano hacia mis brazos y con el tacto, mi piel se erizo. Creo que iba a decir algo, pero no se lo permití. Moví mis brazos con agilidad y bruscamente, tome su cuello entre ellos. La apreté con fuerza y ella comenzó a lloriquear y toser. Le planté un beso y aleje mi brazo de su cuello. Y de igual manera, saque mi arma con tal rapidez y la coloque en su cabeza. Paloma no podía hablar debido a que mi otro brazo seguía en su cuello. Sonidos raros provenían de su garganta, gritos de auxilio tal vez. Apreté el gatillo y mi camisa blanca se tiño de rojo. Vi la expresión de su rostro. Enmudecí. Ella estaba tirada en el suelo y yo me mantenía de pie mirándola. Totalmente inerte. No sé por cuando tiempo permanecí en la misma posición, hasta que por fin desperté de mi shock y me incline hacia Paloma. Acaricie su cabeza consecutivamente y la recargue contra la pared. Le di un beso en su mejilla y me dispuse a marcharme.

No tengo idea de cómo llegue a este callejón, sólo camine sin rumbo fijo, sumido en mis pensamientos. El cielo comprendía cómo me sentía. Lloraba por mí, por Paloma;  por lo que había hecho y por lo que iba a hacer. Sin basilar tome mi pistola y quede mirándola por unos momentos. Mire al cielo y dije: “Espérame Paloma, estaré ahí en poco tiempo.”

Coloque mi arma sobre mi cabeza, emboce una sonrisa y cerré los ojos. Mi trabajo había terminado.

Gritos atrapados

Posted by Viridiana Belikov ♠
sábado, 2 de junio de 2012
Cada noche, había un hombre distinto dentro de mí. Paseaban por las calles y siempre llegábamos al mismo sitio. Al finalizar la noche, ella simplemente se burla y dice:
-Nadie conocerá el verdadero rostro bajo la máscara.-  Es muy rara, pero con el paso del tiempo, me he interesado en ella, así que empecé a prestar atención a las pláticas y bueno, ella sólo se divierte un rato. Supongo que quiere probar que realmente es guapa, y que se le facilita el engañar. Debo reconocer que los vuelve locos. Una pequeña noche de sexo, drogas y alcohol es lo único que necesita para divertirse. De igual manera ella ha mencionado que el pecado es el instinto que la atrae. Suena bastante misteriosa. La otra noche, ella llego a darme una pequeña pulida, y comenzó hablar conmigo. Es como si supiese que la entiendo. Recuerdo sus palabras, ella dijo: “Ellos creen que me tienen a sus pies, pero en realidad soy yo la que tiene el control. Es divertido ver que me crean todo lo que les digo. Trato de actuar como un perro obediente pero tan sólo me burlo de ellos, como tal minino. De verdad creen que serán mis dueños ¡Ja-ja! Creo que, soy una perfecta mentirosa. Por las noches, dejo que me lleven de paseo en mi precioso auto negro, ja-ja, creen que soy feliz por eso. He comenzado a creer que les gusta el dolor.” Una noche, llegó llorando, cayó de rodillas y grito “en verdad lo amo”, creo que la gatita resulto engañada. Esta vez, lograron engañarla, ya se me hacia raro que saliera con el mismo hombre ya por casi un mes. Logro calmarse y su mirada se volvió fría y seria. Tomo aire y se acerco a mí, saco su teléfono celular y dijo casi más para sí misma que para mí: “Hay tantos hombres que lo pueden remplazar, y simplemente puedo desecharlos como basura. Sí llegaste a tener alguna fantasía sobre mí, lamento decirte que no existe, ni existirán”. El juego comenzaba de nuevo.. Me pregunto, que es lo que pensaran los humanos, ¿Porqué actúan de tal manera?

Pecado que atrae

Posted by Viridiana Belikov ♠

La pobre chica mantuvo su dignidad hasta el final. Prefirió morir a casarse con éste hombre, portador de mí. No la culpo, yo, si fuera ella, hubiera hecho lo mismo. A decir verdad, ¿Quién quisiera estar con alguien así? Quien consigue todo a la fuerza. Dada la circunstancia en la que nos encontramos, es bastante obvio que volveré a teñirme de rojo sin poder evitarlo, de nuevo. Siempre la misma historia, yo sólo obedezco ordenes. Al fin y al cabo, no puedo dar mi opinión. En fin, un gusto en conocerla, si me disculpa, tengo trabajo que hacer. 

Teñido de rojo

Posted by Viridiana Belikov ♠

Estaba en mi habitación esperando su llamada. Empezó a sonar mi celular y creí que era Virginia. Pero… por desgracia era Carolina, mi ex.  Comenzó a hablar y yo la verdad, me sentí muy incómodo. Era de nuevo lo mismo. Quería que la acompañara a la sala de maternidad en el hospital. Estaba aferrada de que yo era el padre, sin embargo ella había tenido relaciones con mi mejor amigo. Lo más probable es que era de él. Yo sólo la escuchaba y quería que esa plática acabara. Ahora yo estaba con Virginia, y deseaba que me dejara en paz. La plática se volvió algo tensa cuando le dije que me negaba a ir. –No puedes negarte Abel, tu eres el… -¡NO! Deja de insistir, yo no creo que pueda quererte a ti ni a ese hijo que ni siquiera es mío. Compréndelo. –Así que Virginia ya te ha metido tonterías a la cabeza, muy bien si eso es lo que quieres. – Colgó y me dejo con un mal sabor de boca. Espero que se calme, no es bueno para ella ni para el bebe que se altere se esa manera. Simplemente debe comprender que así son las cosas. Al otro día iba a verme con Virginia, deseaba verla. Íbamos a vernos en la estación del metro. Estuve esperando por casi 30 minutos, temía que le hubiese pasado algo. Cuando llego, sentí un gran alivio. Venía tan sonriente como siempre. –Perdona por llegar tarde, ¿De qué querías hablar? –Es sobre Carolina. Anoche me llamo para pedirme que fuera con ella a la sala de maternidad. -¿Y fuiste? –Por supuesto que no, yo no soy el padre. Sin embargo ella cree que tú me metiste cosas en la cabeza. Perdóname por si de ahora en adelante llega a decirte algo. –No hay nada que perdonar, yo te dije algunas cosas que no eran ciertas del todo. De cualquier manera yo me disculpare con ella. No es que no pueda vivir con eso pero, creo que sería lo mejor, y aunque no me perdonase, yo estoy segura que lo va a entender después. Por otro lado, entiendo cómo se siente, sí una persona descubre que la razón que la dejaron fue por un alguien, le tomas cierto odio a ese alguien. Es inevitable. Quizás, cuando lo entienda, volvamos a estar los 3 juntos, como los amigos que éramos antes, sin complicaciones. –Sería muy bueno sí ella lo acepta.- Escuche que el tren se acercaba y me voltee un momento hacia mi celular. Era apenas medio día y ya estaba ansioso por llegar al colegio, ansioso de que todos se enteraran de que Virginia era mi novia. De pronto escuche un pequeño grito de parte de Virginia y vi a lado de mi, unos brazos estirados como si estuviese empujando algo. Y en realidad habían empujado a alguien. Virginia estaba en los rieles y Carolina estaba a mi lado. Iba a sacar a Virginia de ahí, pero fue muy tarde. El tren la había arrollado. 

Psicópata

Posted by Viridiana Belikov ♠

¿En qué creo? En todo lo que vive y respira. ¿En qué creo? En lo que puedo ver. ¿En qué creo? En mí. - Frederica Bernkastel

Sentir

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Tomo un tintero
Escribo mi sentir
Por todo lo que he sentido
Que sentiré, siento y lo que pase después
Alegría, pena, tristeza
Simplemente desahogarse
No sé en qué momento ocurrió
Cuando todo nuestro amor
Se esfumo sin aviso
Que no habrá segundas oportunidades
Ya todo se perdió
Eso creía yo
Mantenía la esperanza de tenerte de vuelta
Mas sin embargo eso nunca paso
Ni pasara, ni habrá marcha atrás
Tú me has olvidado
Yo quizás no
Ahora tú tienes un nuevo amor
Mientras yo quedo aquí
Con un nudo en mi garganta
Por todo lo que sentí, siento y quizás sentiré por ti
Yo trato de no verte
Y a ella también
Vivo evitándolos
No sé si pueda seguir así
Aun recuerdo que a mí solías tratarme así
Ahora ella es quien lo disfruta
Pero me tranquiliza saber
Que ella terminara igual
Sola, con tu desprecio encima
El bien les deseo
Que vivan su amor
Mientras yo quedo aquí
Con un nudo en la garganta
Por todo lo que sentí, siento y quizás sentiré por ti
No lo sé
El mañana es impredecible
Por lo que mantengo la esperanza
De olvidarte al fin
Y deshacerme del dolor
Que siento en mi
Algún día dejare de sentir
Lo que alguna vez me hiciste sentir
Amor, sólo amor
Quizás obsesión
Pero de algo estoy segura
Fuiste mi primer amor
Mi primer amor de otoño
Y sin poder evitarlo
Comienzo a llorar
Al recordar mi sentir
En esos días de otoño
Donde las hojas marchitas caían
Una a una
Y aun recuerdo cuando me abrazabas por detrás
Yo todavía no me he ido
Aun estoy contigo
Te sigo imaginando abrazándome por detrás
Ahora es un misterio el estar contigo
Me siento tan frágil
Me falta el aire
Se me quita el aire al recordarte
Quedo helada
Y mi corazón se vuelve frío y siente temor
Trato de no mentirle más a mi corazón
Pero al decirle la verdad
Significa una cosa: La muerte de lo que siento por ti






Elixir peligroso

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Siempre había odiado el color rojo. Pero ahora verlo era realmente excitante y hermoso. Su sabor metálico me envolvía y me prendía de una manera increíble. Ver a Javier al fin derrotado, era suficiente para mí. Al final recordó quien era. No lo creí posible, hasta que lo vi viéndome de la  misma manera que aquella noche. Él comenzaba a decir que no tendría el valor de hacerlo, que no apretaría el gatillo, que nunca tendría las agallas para matarlo, para matar a la persona que amaba. Sí, que amaba, tiempo pasado, y le demostré que estaba equivocado respecto al gatillo. Ahora, ¿Qué opinas? Tú estas ya pudriéndote en el infierno, mientras que yo me estoy muriendo de felicidad por librarme al fin de ti.

Javier era el típico chico mujeriego. Iba de chica en chica, buscaba un poco de diversión, sexo, y sobre todo, entretenerse un rato. Yo era la típica chica rara, que se la pasaba encerrada en su casa; la  chica nerd de la que todos abusaban y la rata de biblioteca. Javier me busco sólo para ayudarlo a pasar sus exámenes. Basto con quitarme mi virginidad para conseguirlo y después desapareció sin más. No sabía nada el alrededor de 5 años hasta que nos reencontramos en el trabajo. Quien lo diría, un chico como el terminaría como mi jefe. Pues claro, como lo habría olvidado. Javier era el hijo del dueño de la empresa. Creo que era obvio porque tiene empleo y tuvo suerte de ser su hijo, de otro modo hubiera terminado en la calle. Era comprensible porque era un vale madres.

Por otro lado, 5 años bastaron para darme un cambio, era totalmente diferente a como era en la universidad y por supuesto, ya no tenía la apariencia de una chica nerd. Yo apuesto a que el ni me recuerda. Si no es así, que vergüenza. Me apena irremediablemente de lo que fui.

Desde que había entrado a la empresa, nunca hable con él, dudo que supiera que trabajaba ahí. Hasta que se dio la oportunidad de hablar con él, cambio todo. Me ascendió de puesto e incluso buscaba oportunidad de salir conmigo. Vaya, lo que hace el maquillaje y una ropa vintage. Creo que de verdad te cambia; fue cuando en un giro inesperado, conocí a Vanessa. Otra chica con la que Javier se divirtió. Quien lo diría, aparte de dejar hijos por doquier (que a pesar de todas las demandas que le daban, siempre salía victorioso gracias a su estúpido perro de abogado), dejaba también a bastantes mujeres totalmente solas y en el peor caso, llegaban a suicidarse o bien quebraban por ayudarlo a él. Volviendo a Vanessa, ella me propuso engatusarlo a como diera lugar, y con esto hacer que quebrara. Dijo que sería divertido, que no se daría cuenta y sobre todo que al fin quedaría derrotado. Ella me puso más maquillaje del que solía usar, y para ser honesta, ni yo misma me reconocí. Fue bastante… asombroso.

Pasaron varias noches de copas con Javier y ya tenía por lo menos $100,000 en el banco a mi nombre. Nada mal. Vanessa estaba encantada conmigo y dijo que todo saldría tal y como se planeo. Me dio un somnífero muy  potente. Después de tener sexo, Javier no tardo en caer. Vanessa llego al apartamento y me ayudo a dejarlo totalmente inmóvil sobre su cama. Para cuando despertó, Vanessa y yo nos encontrábamos a cada lado de la cama. Javier la reconoció a ella al instante. Y sin más, Vanessa comenzó a torturarlo mentalmente, y con eso, el trabajo sucio me tocaba a mí. No quería hacer nada, no podría hacerlo. Ella, llego a su límite de su paciencia y termino por hacer mi parte. Sólo hizo algo muy mínimo para que el sintiera dolor. Con una turca, poco a poco le arranco las uñas de su mano izquierda. Sus gritos inundaban la habitación y yo sólo seguía observando. No sé si era por el miedo o por el morbo que me provocada ver aquel acto. Vanessa iba por su mano derecha cuando, Javier logro zafarse del agarre (gracias a su sangre) y se abalanzo contra ella. Debido a mi cobardía, Vanessa lo pago caro. Él la golpeaba brutalmente mientras yo permanecía de pie, inerte. Tan sólo mirando aquel acto sin menor intensión de detenerlo.  Sus golpes iban directos a tu cara; Vanessa ya no se movía. Sin embargo Javier continuaba con su acto. Cuando por fin de agoto y recordó que yo aun seguía en la habitación se levanto, dejándome ver totalmente a Vanessa. Salía sangre de su cabeza y parecía no respirar. Reaccione y Javier se volvió hacia mí. Aterrada, trate de salir corriendo de la habitación pero Javier me tomo bruscamente del brazo y me tiro en el suelo. Antes de que me hiciera algo, saque la pistola de Vanessa y le apunte a Javier.

Flores Carmesí

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Entraron a su apartamento y no vieron señal alguna de Marco. Entraron a la cocina y nada; la sala y nada; el baño y tampoco lo encontraron. Finalmente entraron a su habitación. Ahí estaba Marco, recostado en el suelo, totalmente inerte, junto a un charco de sangre, ya seco por supuesto. La sangre, se veía que había brotado de su garganta. Al haber abierto su garganta debió haber sido una hemorragia arterial. Las paredes estaban teñidas de rojo y su cuerpo ya había descendido su temperatura corporal por completo y el cuerpo se encontraba en descomposición.. Había unas cuantas botellas de vino regadas por la alfombra, que por cierto habían regado algunos cuantos charcos de vino. Al principio, la policía cree que se trataba de un asesinato. Pero al poco tiempo descubren que se trataba de un suicidio. Encontraron sobre su buro unos cuantos folders que al examinarlos se encontraba su dinero distribuido a algunas empresas, casas hogar, a algunos de sus familiares y amigos y finalmente una carta donde declaraba, que no quería seguir viviendo de esa manera tan absurda.

Marco era un hombre pobre, pero muy amable y sutil. Trabajaba como publicista en un periódico poco conocido. La paga era bastante mala y siempre trabajaba horas extras. Pero aun así el era muy afortunado. Tenía una familia que lo adoraba y unos amigos que lo idolatraban con todo su ser. Marco, al acabar la jornada de la semana, tenía la costumbre de comprar boletos de lotería. Siempre le habían dicho que era una pérdida de tiempo y dinero, que nunca ganaría. Sin embargo, Marco siempre mantenía la fe. Desde que había empezado a trabajar, alrededor de 3 años, había comprado cada quincena, un boleto de lotería. Eso era tener agallas de gastar su dinero a lo pendejo. -Hey Marco, ¿Qué paso anoche? ¿Al fin te sacaste la lotería? –Estuve a punto, los primeros 3 dígitos eran los mismos que presentaron en el programa, el cuarto digito la cago todo. Quizás el que haya ganado, se merecía el dinero más que yo –Si, como no. Mejor guárdate el dinero que te den de la próxima quincena y con eso deberías de comprarte otro cinturón, sólo mírate, estas hecho un asco. –Pues a diferencia de ti, yo tengo la esperanza de que algún día me gane la lotería.

Y así fue, al poco tiempo, logro ganarse por fin la lotería, el dinero se había multiplicado por 10 y se había convertido en millonario. En el momento que lo entrevistaban, le hicieron una pregunta de cómo se sentía al respecto, a lo que contesto que su perseverancia había sido la clave del éxito. No basto con eso, y que al otro día iba a renunciar a su trabajo e iba a vivir en donde le placiera. Y así fue, renuncio y salió de la oficina como si nadie lo mereciera como amigo. Ni hasta el suelo parecía merecerlo.

Se compro un lindo apartamento de lujo y sus amigos estaban más unidos a Marco, pero a esté, parecía no importarle tener de cerca sus amigos. Los comenzó a tratar como si fueran menos e incluso había empezado a ser muy grosero con todos. Incluso con su familia. Pasaron 3 meses desde que gano la lotería, y Marco se había quedado solo casi por completo.

Una mañana, salió de su apartamento a tirar su basura, y en vez de tirarla en algún camión, vio a un indigente cerca y se la arrojo. El indigente lo vio sin ninguna expresión y Marco sólo se bufo.
Cuando iba a salir a dar una vuelta, el indigente estaba frente a su apartamento. Marco se le acerco y dijo – ¿Qué quiere usted aquí? – El indigente sólo lo miro y del pobre abrigo que usaba, roto, ya casi desecho y sucio, saco unas flores y estiro su brazo para dárselas a Marco. Este último  lo miro incrédulo y en vez de recibir las flores, con un movimiento, hizo que las soltara. -¿Por qué me das flores? Yo te di basura, quizás haya comida ahí. No tenias que agradecerme con flores. – El indigente soltó una carcajada y le dijo – No te las estoy dando como agradecimiento. Se dice que todas las personas, regalan lo que tienen en su corazón. – Marco sorprendido lo miro a los ojos, y el indigente sólo le limito a observarlo de arriba abajo. Y ya aburrido de verlo, se fue.

Marco fue al parque a pensar en las palabras de aquel hombre. Lo reflexiono, pensó en como era antes, como todos disfrutaban de su compañía y ahora, había quedado completamente solo por sus fechorías. Se fue hasta el anochecer del parque. Estuvo vagando por las calles y finalmente, llego a su apartamento. 

Mujer con capucha

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Antes de acostarme, solía jugar con mis sombras. Ponía una lámpara apuntando hacia el techo de mi habitación y comenzaba a hacer figuras. Quizás era algo inmaduro ya que tengo 15 años. A mi edad nadie lo hace. La otra noche, al estar haciendo figuras, una me pareció graciosa. Incline mi brazo hacia atrás y me imagine a una mujer con capucha. Pero se torno extraño cuando baje mi brazo. La sombra seguía ahí. Comencé a hacer movimientos con mis manos, pero no se reflejaban en el techo, sólo aquella sombra producto de mi brazo. ¿Qué estaba ocurriendo? No se sí fue debido a la falta de luz pero empecé a tener la impresión que la sombra se acercaba a mi poco a poco. Di un brinco y encendí la luz de golpe. Mire el resto de mi cuarto en busca de algo fuera del lugar. Nada. Todo estaba igual. Decidí dejar la luz encendida y me dormí. Al otro día tomaría valor para investigar aquel extraño acontecimiento.

Al caer la noche me dispuse a hacerlo. Tome aire y apague las luces. Encendí mi lámpara sobre mi mesita de noche y observe que estaban más sombras en el techo y las paredes. Danzaban sin césar unas a otras y comencé a imaginar una melodía de fondo acorde a sus movimientos. Aún no comprendía que pasaba, yo solamente las miraba maravillada y sentía curiosidad por ellas. Pero cada que me acercaba a alguna de ellas parecía como sí huyesen de mi. Y así hasta que desaparecieron y sólo quedó mi propia sombra.

Increíblemente no sentía temor, al contrario, sentía que había algo ahí que gritaba ser descubierto y seguí adentrándome. Quería verlas de nuevo. Comencé a hablarles como una loca y no vi ningún resultado. Me entristecí. Estuve dispuesta a irme a dormir cuando gire mi cabeza en dirección al techo y ahí estaba ella. La sombra de la mujer con capucha. Tuve escalofríos al verla, pero no dejaba de pensar el porqué tenían vida propia. ¿Acaso eran fantasmas? No lo creo. Tenía que ser algo real. Era algo que iba más allá de la imaginación y estaba dispuesta a descubrir que. Comencé a hablarle como loca a la mujer con capucha. No obtuve respuesta. Comenzó a moverse y se dibujo una especie de brazo esquelético que me indicaba algo detrás del ropero. Por un momento creí que era la muerte y quise salir de mi habitación. Pero la puerta estaba atascada y me impedía salir. Volví la vista hacia el ropero y la mujer con capucha seguía ahí. Podía jurar que estaba más grande la sombra. Le dije que sí quería que moviera el ropero y sólo la sombra se inclino hacía delante como respuesta. Por un momento creí que me estaba volviendo loca. No quería acercarme a menos de tres metros de la mujer con capucha. Comenzaba a sentir miedo. Lentamente la sombra desapareció detrás del ropero y tuve que armarme de valor.

Con lo que tenía de fuerza moví el ropero y detrás de él, había un muy minúsculo hoyo. Ahí mismo estaba la mujer con capucha. Curiosamente el hoyito estaba justo donde se supone que esta el corazón de la mujer con capucha. Después, solté una risa burlona y dije sarcásticamente: "¿sólo un hoyo?" y la mujer con capucha se deslizó de una manera sutil dentro del hoyo. Comprendí que lo que quería mostrar estaba dentro. Quise retirarme pero recordé que la puerta estaba atascada. Además ya estaba a más de la mitad del misterio y decidí no retirarme. Comencé a rascar el hoyito hasta hacerlo más grande. Me lastime las uñas y las manos, pero no importaba, a esas alturas, ya nada importaba. Grave error. Lo que había ahí me dejo estupefacta. Retrocedí un par de pasos y tropecé con mi pared. Me deslice hacía abajo y me tape la boca para omitir cualquier clase de gritos. De pronto sentí que me jalaban hacía atrás y quise desistir. Enterré mis uñas en la pared y creí que iban a arrancarse mis uñas debido a la fricción. Comenzaron a salir las sombras de nuevo y parecía que estaban empujándome. Sentía que parte de mi cuerpo estaba atravesando la pared, como un portal. Y fue cuando la vi nuevamente. La mujer con capucha apareció en la pared de enfrente y con sólo estirar su brazo, caí dentro del portal.

A la mañana siguiente, la policía se encontraba en mi casa e investigaron mi habitación. Quedó impactada por lo que vio ahí. Dentro del hoyo había por lo menos unos 10 cadáveres, sino es que más, pero solamente quedaban los esqueletos y un nido de ratas habitando en sus cráneos y costillas. ¿Qué que dijeron sobre mi? Nadie parecía recordarlo. Ni porque yo era muy conocida por el lugar donde vivía; ni mis padres, mis amigas, familiares, nadie. Era como si nunca hubiese existido. Observe, con paciencia; espere, lentamente espere a que comenzaran mi búsqueda. Pero nada. Pasaron semanas, meses e incluso años. Fue cuando me di cuenta que quizás las sombras habían hecho algo para que nadie me recordase. Borraron mi existencia del mundo.

¿Qué que paso conmigo? No lo sé con exactitud. Se podría decir que yo estoy donde tú estás, en algún lugar de tu habitación tal vez, en lo más profundo, observándote, danzando con la más mínima luz que traspase los ventanales; me encuentro en la oscuridad de la noche y durante el día, pocos logran verme si prestas atención; a veces camino a tú lado, otras tomo tu misma forma; a veces me encuentro en la pared. No es malo ser así. Suelo jugar con distintas personas. Hay algo que nunca olvidare: La mujer con capucha observándome desde el techo de mi habitación.

Gritos atrapados

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Recordaba lo que había hecho una y otra vez. Gota a gota, comenzaban a humedecerme la cara, y la tormenta se hacía más intensa. Tropecé con una reja y sólo caí de rodillas. Mire el cielo. Comencé a llorar, sí alguien me hubiese visto, no lo habría notado. Miraba mi pistola una y otra vez, inmóvil en el suelo. Recuerdo su expresión de horror y sus gritos atrapados en su garganta. Empecé a viajar por el tiempo en mi cabeza y me perdí en los recuerdos.

Solía trabajar en una oficina de seguros. Cuando comencé a trabajar en ese lugar, nadie conversaba conmigo, excepto ella. Su nombre era Paloma. Era una chica sencilla, un carisma inigualable y muy simpática; esbelta figura, de tez blanca caucásica, cabellera negra y de ojos grandes color café. Me parecía la mujer más hermosa que había visto en mi vida. Siempre que llegaba al trabajo ella era la primera en saludar. Me alegraba el día y siempre me subía la autoestima. Era muy hiperactiva y risueña.  Creo que era lo que más me gustaba de ella. Pero eso no eran más que un saludo normal y corriente. Con mis demás compañeros siempre está la mayoría del tiempo, charla con ellos de distintas cosas y sí apenas me incluye. Hay algunos días, en los que Paloma le sonreía de una manera muy distinta a un hombre. Y ese hombre era mi superior. Siempre me habían gustado sus sonrisas, pero cuando le sonreía a él, las odiaba.
Por más que intentaba que ella me viera de otra forma, termine comprendiendo que sí la trataba como una mierda, iba a querer estar conmigo. Pero como hacerlo. Ella es un amor de mujer, no podía hacerlo. Me era imposible. No podía soportar que mi superior la rechazara de tal forma. Ella siempre habría estado dispuesta a estar con él, sin importar más nada.  Creo que lo que hice, fue más por mi mismo que por ella.

Como yo solía salir tarde, nadie sospechaba lo que pasaría. Esa noche, Paloma también iba a quedarse hasta tarde para arreglar unos papeles. Entre a su oficina, sigiloso. La observe por un rato y decidí hacerlo. La abrace por detrás fuertemente. Ella gimió de la impresión y permaneció quieta. Inclino la cabeza hacia atrás y me miro; en su mirada pude notar, algo de asombro y terror. Movió su mano hacia mis brazos y con el tacto, mi piel se erizo. Creo que iba a decir algo, pero no se lo permití. Moví mis brazos con agilidad y bruscamente, tome su cuello entre ellos. La apreté con fuerza y ella comenzó a lloriquear y toser. Le planté un beso y aleje mi brazo de su cuello. Y de igual manera, saque mi arma con tal rapidez y la coloque en su cabeza. Paloma no podía hablar debido a que mi otro brazo seguía en su cuello. Sonidos raros provenían de su garganta, gritos de auxilio tal vez. Apreté el gatillo y mi camisa blanca se tiño de rojo. Vi la expresión de su rostro. Enmudecí. Ella estaba tirada en el suelo y yo me mantenía de pie mirándola. Totalmente inerte. No sé por cuando tiempo permanecí en la misma posición, hasta que por fin desperté de mi shock y me incline hacia Paloma. Acaricie su cabeza consecutivamente y la recargue contra la pared. Le di un beso en su mejilla y me dispuse a marcharme.

No tengo idea de cómo llegue a este callejón, sólo camine sin rumbo fijo, sumido en mis pensamientos. El cielo comprendía cómo me sentía. Lloraba por mí, por Paloma;  por lo que había hecho y por lo que iba a hacer. Sin basilar tome mi pistola y quede mirándola por unos momentos. Mire al cielo y dije: “Espérame Paloma, estaré ahí en poco tiempo.”

Coloque mi arma sobre mi cabeza, emboce una sonrisa y cerré los ojos. Mi trabajo había terminado.

Pecado que atrae

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Cada noche, había un hombre distinto dentro de mí. Paseaban por las calles y siempre llegábamos al mismo sitio. Al finalizar la noche, ella simplemente se burla y dice:
-Nadie conocerá el verdadero rostro bajo la máscara.-  Es muy rara, pero con el paso del tiempo, me he interesado en ella, así que empecé a prestar atención a las pláticas y bueno, ella sólo se divierte un rato. Supongo que quiere probar que realmente es guapa, y que se le facilita el engañar. Debo reconocer que los vuelve locos. Una pequeña noche de sexo, drogas y alcohol es lo único que necesita para divertirse. De igual manera ella ha mencionado que el pecado es el instinto que la atrae. Suena bastante misteriosa. La otra noche, ella llego a darme una pequeña pulida, y comenzó hablar conmigo. Es como si supiese que la entiendo. Recuerdo sus palabras, ella dijo: “Ellos creen que me tienen a sus pies, pero en realidad soy yo la que tiene el control. Es divertido ver que me crean todo lo que les digo. Trato de actuar como un perro obediente pero tan sólo me burlo de ellos, como tal minino. De verdad creen que serán mis dueños ¡Ja-ja! Creo que, soy una perfecta mentirosa. Por las noches, dejo que me lleven de paseo en mi precioso auto negro, ja-ja, creen que soy feliz por eso. He comenzado a creer que les gusta el dolor.” Una noche, llegó llorando, cayó de rodillas y grito “en verdad lo amo”, creo que la gatita resulto engañada. Esta vez, lograron engañarla, ya se me hacia raro que saliera con el mismo hombre ya por casi un mes. Logro calmarse y su mirada se volvió fría y seria. Tomo aire y se acerco a mí, saco su teléfono celular y dijo casi más para sí misma que para mí: “Hay tantos hombres que lo pueden remplazar, y simplemente puedo desecharlos como basura. Sí llegaste a tener alguna fantasía sobre mí, lamento decirte que no existe, ni existirán”. El juego comenzaba de nuevo.. Me pregunto, que es lo que pensaran los humanos, ¿Porqué actúan de tal manera?

Teñido de rojo

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La pobre chica mantuvo su dignidad hasta el final. Prefirió morir a casarse con éste hombre, portador de mí. No la culpo, yo, si fuera ella, hubiera hecho lo mismo. A decir verdad, ¿Quién quisiera estar con alguien así? Quien consigue todo a la fuerza. Dada la circunstancia en la que nos encontramos, es bastante obvio que volveré a teñirme de rojo sin poder evitarlo, de nuevo. Siempre la misma historia, yo sólo obedezco ordenes. Al fin y al cabo, no puedo dar mi opinión. En fin, un gusto en conocerla, si me disculpa, tengo trabajo que hacer. 

Psicópata

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Estaba en mi habitación esperando su llamada. Empezó a sonar mi celular y creí que era Virginia. Pero… por desgracia era Carolina, mi ex.  Comenzó a hablar y yo la verdad, me sentí muy incómodo. Era de nuevo lo mismo. Quería que la acompañara a la sala de maternidad en el hospital. Estaba aferrada de que yo era el padre, sin embargo ella había tenido relaciones con mi mejor amigo. Lo más probable es que era de él. Yo sólo la escuchaba y quería que esa plática acabara. Ahora yo estaba con Virginia, y deseaba que me dejara en paz. La plática se volvió algo tensa cuando le dije que me negaba a ir. –No puedes negarte Abel, tu eres el… -¡NO! Deja de insistir, yo no creo que pueda quererte a ti ni a ese hijo que ni siquiera es mío. Compréndelo. –Así que Virginia ya te ha metido tonterías a la cabeza, muy bien si eso es lo que quieres. – Colgó y me dejo con un mal sabor de boca. Espero que se calme, no es bueno para ella ni para el bebe que se altere se esa manera. Simplemente debe comprender que así son las cosas. Al otro día iba a verme con Virginia, deseaba verla. Íbamos a vernos en la estación del metro. Estuve esperando por casi 30 minutos, temía que le hubiese pasado algo. Cuando llego, sentí un gran alivio. Venía tan sonriente como siempre. –Perdona por llegar tarde, ¿De qué querías hablar? –Es sobre Carolina. Anoche me llamo para pedirme que fuera con ella a la sala de maternidad. -¿Y fuiste? –Por supuesto que no, yo no soy el padre. Sin embargo ella cree que tú me metiste cosas en la cabeza. Perdóname por si de ahora en adelante llega a decirte algo. –No hay nada que perdonar, yo te dije algunas cosas que no eran ciertas del todo. De cualquier manera yo me disculpare con ella. No es que no pueda vivir con eso pero, creo que sería lo mejor, y aunque no me perdonase, yo estoy segura que lo va a entender después. Por otro lado, entiendo cómo se siente, sí una persona descubre que la razón que la dejaron fue por un alguien, le tomas cierto odio a ese alguien. Es inevitable. Quizás, cuando lo entienda, volvamos a estar los 3 juntos, como los amigos que éramos antes, sin complicaciones. –Sería muy bueno sí ella lo acepta.- Escuche que el tren se acercaba y me voltee un momento hacia mi celular. Era apenas medio día y ya estaba ansioso por llegar al colegio, ansioso de que todos se enteraran de que Virginia era mi novia. De pronto escuche un pequeño grito de parte de Virginia y vi a lado de mi, unos brazos estirados como si estuviese empujando algo. Y en realidad habían empujado a alguien. Virginia estaba en los rieles y Carolina estaba a mi lado. Iba a sacar a Virginia de ahí, pero fue muy tarde. El tren la había arrollado. 

By. Viridiana Gallardo. Con la tecnología de Blogger.

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